Lo que queremos los hijos de Dios es bendecir a todos en todo lugar. Queremos que se haga la voluntad de Dios porque todo lo bueno viene de Dios. Sabemos que para Dios no hay nada imposible, así que seguimos rogando a nuestro Padre Celestial porque venga su Reino a la Tierra:
Historia de la Salvación de Nora Margarita
¡UN PLATO DE LENTEJAS!
¿Perderías la bendición de Dios por algo que te sacie por un momento? Eso es lo que le pasó a Esaú. Y es que él no pensó en las consecuencias de las palabras de su boca. Despreciar la bendición que Dios tenía para él le costó mucho. En este enlace facilitado por Nazareth Village podemos observar unas viñetas para recordar cómo sucedió todo. Fue algo muy simple, una escena en un día cotidiano. La historia se relata en el capítulo 27 de Génesis: JACOB Y ESAÚ
Abraham e Isaac:
Isaac era el hijo que Sara y Abraham tanto habían esperado. ¡Sara
tenía 90 años cuando nació Isaac!
Isaac tuvo dos hijos:
Esaú y Jacob, hermanos mellizos, se pelearon por la bendición de su
padre.
Jacob estuvo con Dios y no se
fue hasta conseguir que arreglara su problema.
El padre de José: Jacob.
Jacob formó una gran familia y vivían en Canaán.
Al quedarse sin pan fueron a comprar trigo a Egipto y allí estaba
José. Jacob estaba muy feliz de volver a ver a José pues pensaba que había
muerto.
Todos se quedaron a vivir en Egipto en la región más verde y bonita.
La historia de Jacob:
Jacob tenía un hermano mellizo al que le gustaba cazar. Jacob
cocinaba bien y pasaba mucho tiempo con su mamá, Rebeca. Ella pensaba que Jacob
merecía ser el primero de la familia y no Esaú, así que hizo todo lo posible
porque así fuera.
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