lunes, 25 de febrero de 2019

El entorno en que aparece el cristianismo.


Un poquito de Historia:                                                                                             El entorno greco – romano en el que apareció el cristianismo:


            Cuando los territorios eran adheridos al Imperio Romano, solían conservar sus prácticas religiosas porque eran respetadas. Los conceptos que caracterizaban esas religiones contaban con ideas acerca del universo, del pecado, de los castigos y recompensas. Algunos de estos pensamientos, naturalmente, tienen que ver con la religión universal, de la más remota antigüedad. Casi todos aceptaban la existencia de uno o más poderes que son eternos y dominan el destino humano; estos debían ser adorados o aplacados mediante la oración o sacrificios. La tierra era el centro del Universo y los astros, incluido el sol, y los planetas estaban alrededor de la Tierra. Arriba estaba el cielo y la morada de los espíritus y abajo los impíos. Cada acontecimiento natural era gobernado por las potencias invisibles arbitrariamente; también podían afectar las acciones de los seres humanos. Por tanto, las manifestaciones religiosas tenían lugar para mejorar las relaciones con esas potencias invisibles de modo que les favorecieran.

El concepto de Cristo a lo largo de la Historia

Walker describe el pensamiento acerca de Cristo en la Historia. Este es el resumen de mi lectura: 

El texto de Walker muestra los diferentes conceptos que la iglesia ha tenido acerca de Jesucristo a lo largo de la historia:
El en primer párrafo nos muestra la idea de Cristo como el Mesías. Éste era el Siervo sufriente del que nos habla Isaías. Cristo murió porque así estaba profetizado de él. Se había marchado por un período de tiempo. Había sido exaltado, en su resurrección había sido glorificado. Ahora está a la diestra de Dios, exaltado.
Este concepto no establece qué relación hay entre Cristo y Dios Padre; tampoco se advierte la preexistencia de Cristo.
2ª etapa de la historia: Aparece el testimonio de quienes vivieron con Cristo y quienes experimentaron su ausencia en cuerpo, pero su realidad espiritual a través del Espíritu Santo enviado. Se puede apreciar cómo Cristo se manifiesta en distintos lugares a distintos siervos, de lo cual deducimos que es omnipresente y omnisciente. Todos sus siervos lo pueden llamar dondequiera que se encuentren: Esto es una característica divina. Surge la cuestión de la relación de Cristo con el Padre.
3ª Etapa: Pablo une teología hebrea con teología estoica. La Sabiduría presente con Dios desde antes de la fundación del mundo se equipara a la Inteligencia Universal, el Logos, omnipresente y operativo. Así al igualar el Logos a la Sabiduría, naturalmente el Logos ha de ser preexistente, y habrá estado siempre con Dios. Identifica a Cristo con la Sabiduría. Entonces  si Cristo es la Sabiduría de Dios y ha estado presente siempre con Dios, es natural que en Cristo habite la plenitud de la Deidad corporalmente. Cristo es la manifestación plena del amor de Dios. Aunque Cristo sea hombre, es Dios.
Para Pablo la vida terrenal de Cristo es una vida de continua humillación. Su humildad recibió la recompensa de su exaltación. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo. En la resurrección fue declarado Hijo de Dios con potencia. Cristo, la Sabiduría divina preexistente, es el agente de la creación y el poder redentor que por amor al hombre descendió del cielo, murió y resucitó.
4ª Etapa: Media generación después de la muerte de Pablo: Marcos presenta al Hijo de Dios por adopción desde su bautismo. A partir de ese momento Jesús fue el Hijo de Dios. Hubo humillación pero también hubo gloria en su vida terrenal: La voz del cielo lo declaró Hijo de Dios en su bautismo, los demonios declaraban que era el Santo de Dios, el Hijo del Dios Altísimo, en la transfiguración Dios habló diciendo que Cristo era su Hijo amado. Si no lo conocían todos como el Hijo de Dios era porque Cristo mismo les prohibía a los espíritus y a los discípulos que no lo dieran a conocer.
Mateo y Lucas, al igual que Marcos no tenían conceptos filosóficos acerca de la preexistencia de Cristo. Mateo y Lucas, sin embargo creían que Jesús era Hijo de Dios desde el comienzo de su existencia terrenal: Un nacimiento sobrenatural, y una vida que no sólo es de humillación. 
Entre el año 95 y 110 aparece el evangelio de Juan. Enseña la preexistencia de Cristo y su actividad creadora, su encarnación y su manifestación gloriosa en esa vida terrenal, pues se considera a Cristo igual a Dios. Es consciente de su misión divina, muere sabiendo que está cumpliendo con una obra predeterminada. Una cristología altamente satisfactoria para la época, el siglo II. Contribuyó a formar la ortodoxia de la Iglesia.
5º Los ebionitas. Algunas oscuras reliquias del cristianismo judaico interpretaban ingenuamente que Jesús era hijo de José y María y que cumplió tan perfectamente la Ley judaica que Dios lo escogió para ser el Mesías. Entonces mejoró y amplió la ley. Habría de volver para fundar un reino mesiánico para los judíos. Otra idea desacertada es la del sentido adopcionista: toda carne que sea hallada inmaculada y pura, en la cual habite el Espíritu Santo, recibirá una recompensa; Cristo sería solo el precursor de esta experiencia.
6º Cristo es la Vida: El que tiene al Hijo, tiene la Vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Esta vida se basa en la unión con Cristo. Para Pablo la comunión del cuerpo y la sangre de Cristo es un memorial de Cristo a través del cual “la muerte del  Señor anunciáis hasta que él venga”. Para Juan, “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros”. Ignacio también sostiene que la unión con Cristo es necesaria para la verdadera vida y que esa vida es administrada por medio de la cena del Señor. Dice Ignacio que la encarnación de Cristo fue la manifestación de Dios para la revelación de una nueva humanidad, que antes de Cristo el mundo estaba sujeto al diablo y la muerte y que Cristo trajo la vida y la inmortalidad.
En definitiva, el concepto de salvación:
Para la iglesia de habla griega, la salvación es la vida, en el sentido de la transformación de la mortalidad pecaminosa en bienaventurada inmortalidad. Se coloca el énfasis en la persona de Cristo y su encarnación.
Para la iglesia latina, la salvación consiste en el establecimiento de relaciones correctas con Dios y el perdón de los pecados, colocando importancia primordial sobre la gracia divina, la muerte de Cristo y la expiación.

Valoración personal:
El concepto que tengamos de Cristo va a influir decisivamente en nuestra vida como cristianos. Vemos que la primera concepción se basa en una necesidad que parte de las circunstancias vividas. La necesidad de un Salvador, el Mesías, deja al cristiano en una actitud de pasividad, que le deja a la expectativa de lo que Él hará por la necesidad presente.
Más adelante, vemos una relación personal con Cristo en todo tipo de circunstancias. Es un concepto más amplio que invita a la comunicación. El Señor que ha venido, ha enseñado cómo es su Reino venidero y cuáles son sus demandas. Entonces la relación invita a obedecer esas instrucciones para prepararse y para no caer en la negligencia que lleva a perder la vida. Además, Cristo envía a sus discípulos con una misión concreta, la de llevar su mensaje y anunciar su regreso como juez. Jesús promete su presencia para esta misión que encomienda a los suyos. Es un concepto mucho más amplio que invita a colaborar con Dios.
Con el transcurso de la historia, se va profundizando hasta llegar a saber que Cristo es Dios mismo. Ahora la relación con él no es sólo de colaboración, conlleva la adoración y la entrega de la vida propia a una relación más profunda. El hecho de participar de la carne y la sangre de Cristo va a implicar más sacrificio por parte del cristiano porque va a intentar imitar a su Maestro. Las implicaciones de esta realidad hacia el resto de los seres humanos que le rodean se dejan ver en la oración y en el dar la vida por ellos.
Aunque vemos como surgen dos formas diferentes de interpretar el concepto, en oriente y occidente, la verdad es que el concepto siempre va a transformarse y a hacerse más profundo cada vez. Así como la luz de la aurora, que siempre va en aumento.
En cuanto a la idea de la influencia de la filosofía en el concepto de Dios, me gusta pensar que esas ideas filosóficas que se acercan bastante a la verdad, proceden en realidad de la misma verdad de Dios que llegó a su pensamiento a través de la historia. Hay ciertas verdades, sucesos, que no se olvidan y pasan de generación a generación y marcan el pensamiento. Circunstancias como el diluvio o la estancia en el huerto del Edén… tan reales, dejan huella: La idea de Dios, la Sabiduría, la Razón, el Bien… no son simplemente ideas originales, parten de una historia común a todo ser humano. Con razón pueden encajar en la idea que Dios va revelando hasta llegar a lo que Él desea mostrar.




La ética.

La Historia se basa en las decisiones, buenas y malas, tomadas de acuerdo a la propia voluntad de los seres humanos. Toda conducta se origina con el interés de obtener algo: diversión, satisfacción fisiológica, adquirir un bien material... Estos intereses pueden ser egoístas o altruistas, en todo caso hay un pensamiento que los rige.

La ética cristiana, según Cristopher Wright,  recibe sus normas del mismo carácter de Dios y este sólo puede descubrirse en su relación con el pueblo escogido y en cada circunstancia vivida. Cada hecho nos permite ver la actuación de Dios y la respuesta de su pueblo. Podemos descubrir la estructura de los principios de la ética cristiana observando las leyes, exhortaciones, valores morales implícitos o explícitos, encontrados en la narración, las alabanzas y las profecías escritas en el Antiguo Testamento (el Antiguo Pacto) de la Biblia.

Cristopher Wright señala tres aspectos fundamentales que debemos entender para construir la ética cristiana:

1. Quiénes eran los hebreos como pueblo: ASPECTO SOCIAL.
2. Quiénes eran en su relación con Dios: ASPECTO TEOLÓGICO.
3. Cuál era su entorno físico, su tierra: ASPECTO ECONÓMICO.

EL HECHO DE QUE LOS HISTORIADORES HEBREOS PRESENTEN LA HISTORIA  ABSTENIÉNDOSE DE COMENTARIOS, PERMITE AL LECTOR SACAR SUS PROPIAS CONCLUSIONES.

Pero una cosa es la Historia y otra cosa son las palabras que los profetas declaran de parte de Yahvéh, el Señor. Estas palabras son las que nos ayudan a entender lo que Dios desea para la humanidad. Dios habla a través de los profetas; también habla en su actuación en la Historia: esto es lo que nos permite conocer el carácter de Dios.

Los esenios y las vasijas de Qumram


¿Sabes quiénes eran los esenios que guardaron las Sagradas Escrituras halladas en Qumran?


¿Quiénes fueron estos personajes o familias que decidieron ir en contra de las leyes romanas y partieron lejos de la sociedad queriendo rescatar los textos sagrados para impedir que se perdieran?

Tal vez el temor de perder sus orígenes que se hallaban en relación a una amistad de su antepasado Abraham con el Eterno, el Creador. Esos escritos eran demasiado importantes como para dejarlos en manos de unos romanos invasores, o en manos de unos fariseos contaminados que sólo deseaban mantener viva la religión judía, pero no el fervor ardiente de la relación con un Dios exigente y amoroso. Dicen que uno de estos osados valientes podría haber sido Juan el Bautista, primo de Jesús de Nazaret. Podríamos estar hablando de los esenios:

“Esenios: Nombre de una secta judía en Palestina durante la época de Cristo. No se mencionan en el N.T. Eran ascetas que practicaban la comunidad de bienes, generalmente rechazaban el matrimonio, se negaban a ir al templo a adorar y le atribuían gran importancia al estudio de las Escrituras. Muchos eruditos le atribuyen a la comunidad de los esenios los Rollos del Mar Muerto descubiertos en 1947”[1].
“El movimiento esenio parece haber nacido de una contestación del sacerdocio, considerado ilegítimo, de los soberanos Asmoneos. Hasta el hallazgo de los manuscritos de Qumrán, este movimiento era conocido únicamente por los testimonios de Filón, Flavio Josefo y Plinio el Viejo. Las indicaciones que dan estos autores sobre las creencias y ritos de los esenios han sido precisadas y completadas por los descubrimientos arqueológicos de Qumrán (manuscritos y restos de un monasterio de la secta). La mayor parte de los especialistas admiten que el movimiento esenio influyó en el cristianismo primitivo”[2]. Estos autores sitúan a esta secta judía entre el siglo II a. C. y el siglo I d. J. C.




[1] Diccionario bíblico ilustrado Holman. Pág. 569.
[2] Enciclopedia Larousse 2000.


 “Los sacerdotes del templo que debió haber formado el corazón de la comunidad de Qumrán dejaron Jerusalén hacia el 150 antes de Cristo. Creyeron que el templo, centro de la vida y el culto judío había sido corrompido por la influencia de la cultura griega. Se llevaron consigo al desierto los escritos y rituales que creyeron podían abrir el camino a un Israel renovado, incluyendo un proyecto extraordinario para la creación de un nuevo templo. Y cada miembro que salió de la casa de la separación, que salió de la ciudad sagrada y se apoyó en Dios (al tiempo que Israel pecaba y profanaba el templo) deberá regocijarse y su corazón deberá ser más fuerte y deberá prevalecer sobre los hijos de la tierra.                Se establecieron en una meseta cercana al Mar Muerto. Un lugar desde el que podían preparar el camino del Señor restableciendo el verdadero Israel. Tras un período de confusión emergió un gran líder a quien los rollos se refieren como el maestro de la rectitud. Durante 20 años estuvieron como hombres ciegos buscando a tientas el camino y Dios les envió un maestro de la rectitud para guiarlos en el camino de su corazón. Bajo su dirección los discípulos dedicaron sus vidas a la producción, recolección y estudio de la gran biblioteca de manuscritos y la congregación deberá velar en comunidad 1/3 de cada noche del año para leer el libro y estudiar conjuntamente”[1].
 “Ideológicamente eran judíos. De hecho, estaban viviendo en la era postbíblica y creo que algunas de las dificultades que tenemos para llegar a comprenderlos en su totalidad se debe a que tienen un pie en una era y el otro pie en otra era”[2]. Al parecer observaban costumbres higiénicas y de orden que no eran practicadas en aquella época, por ejemplo, sentarse en sillas a comer, comer cada uno en su plato, el sistema de desagües…
Minuto 26: “Las largas horas de estudio y discusión, de disciplina y purificación,  sólo eran un preludio para el restablecimiento del verdadero Israel y la construcción del gran templo de Jerusalén”[3].
“Los miembros de la comunidad de Qumrán esperaban con ansia la gran batalla final en el fin de los tiempos entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad con las huestes del cielo luchando de su lado. Los elegidos de Dios debían conseguir la victoria final sobre sus enemigos. Pero el futuro no trajo lo que esperaban. Mientras el ejército romano marchaba hacia el sur desde Jericó en su guerra contra los judíos, los esenios buscaron en las cuevas cercanas a Qumrán protección para la preciosa biblioteca de rollos. Los rollos fueron depositados rápidamente en jarrones de arcilla y las entradas de las cuevas fueron tapiadas desde el exterior”.
“La biblioteca de rollos estaba a salvo pero los hombres que la escondieron no volvieron jamás. Los romanos torturaron, masacraron y dispersaron a la gente del nuevo pacto. Su  sueño fue aniquilado”.



[1] Minuto 21 y siguientes  del documental de Discóvery Chanel  Los Rollos del Mar Muerto: Chanelhttps://www.youtube.com/watch?v=kQJREjCG_k4
[2] Minuto 25: Shamanyahu Talmon (Hebrew University): Los rollos del Mar Muerto.
[3] Minuto 26.